domingo, 22 de agosto de 2010

Sin campañas

Las contiendas electorales deben ser solamente mediante debates técnicos

Las campañas electorales como todos sabemos están mayormente entendidas como negocio y no como una gesta de servicio en pro de la equidad social y la superación de los problemas que vivimos.

Creo que para resolver en gran parte este problema sería muy conveniente tomar la siguiente medida:

1. La ley electoral debe modificarse para prohibir las principales formas actuales de campañas electorales   como son: Spots radiales, televisivos, y todo tipo de prensa, mítines, dadivas, fiestas y toda forma que significa “invertir para convencer” y donde las propuestas técnicas casi no tienen espacio

2. La única forma de hacer campaña seria mediante FRECUENTES DEBATES TECNICOS, debidamente normados y probablemente organizados por la ONPE, u otros organismos autorizados (Universidades, Institutos, etc.) donde no deben haber barras. Los debates serian efectuados por Radio y Televisión.

3. La difusión de estos debates deben ser intensos y muy frecuentes y estarían financiados por el estado en los principales medios de difusión.

De este modo habría un cambio radical hacia un mayor análisis y reflexión de los sufragantes, así como mayor participación en la solución de los problemas. Los escasos debates que se han dado en el pasado han sido siempre muy tangenciales y superfluos e inclusive han sido manipulados y a veces, deliberadamente obstaculizados.

Con esta modificación, se lograría la postulación de aquellas personas o partidos que no participan por no contar con grandes sumas de dinero para la campaña, pero que tienen mucha capacidad, calidad moral y vocación de servicio.

Se pondría al descubierto las capacidades y cualidades de los candidatos para gobernar.
La capacidad de convencimiento dependería de la profundidad del conocimiento que ostente cada postulante o grupo.
No habría los compromisos pre-establecidos con los entes financieros de campañas que nunca han favorecido a la calidad de las gestiones.
Probablemente, quedarían en la marginalidad aquellas personas o grupos que no estén calificados o caracterizados para gobernar.
Estaríamos así, abriendo una compuerta hacia la positividad de la praxis política y a favorecer la participación en el gobierno de personas con vocación de servicio.


JODA LORETANA


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